Seguir la ruta que se adentra por las tierras de Poniente permite descubrir una de las caras más expresivas, originales y desconocidas del vino catalán. Desde los vinos de altura que arraigan con fuerza en el Pirineo, hasta bodegas que recuperan una tradición que estaba extinguida; desde pequeños proyectos que ponen en valor la viticultura de secano hasta bodegas que han apostado por la elaboración de vinos con carácter, esta ruta os permitirá conocer pueblos de postal, una cocina rural de sabor popular, paisajes virginales y viticultores francos y dispuestos a revelaros los secretos de la Cataluña menos conocida.
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Ruta del vino
Lleida
Llisca
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