El R+D+I permite recuperar variedades pre filoxéricas y otras desconocidas hasta ahora del patrimonio vitivinícola catalán de mucha utilidad para la resiliencia del sector

1. La presentación del documental “Els arqueòlegs de la vinya. A la recerca de variedades autóctonas” ha motivado una jornada del INCAVI sobre la recuperación de variedades autóctonas en Cataluña, que ha contado con una ochentena de asistentes. Al finalizar la jornada se han podido catar vinos elaborados con cariñena blanca, trobat negre, morenillo, forcada, trobat blanc y malvasia blanca roja

En los últimos diez años se han incorporado una veintena de variedades autóctonas

Del total de 56.200 ha de viñedo de Cataluña, el 77% de la superficie está ocupada por variedades autóctonas. Las principales son, por orden de importancia: macabeo, xarelo, parellada, garnacha, tempranillo, cariñena, garnacha blanca, trepat y moscatel de Alejandría. Y de entre las minoritarias, las más plantadas son la malvasía de Sitges, picapoll blanco, vinyater, picapoll negro, garró/mandó, y sumoll blanco. El abanico es muy grande y lo será más en los próximos años.

El Institut Català de la vinya i el vi (INCAVI) ha organizado una jornada para explicar el trabajo de recuperación de variedades autóctonas. Entre los proyectos destacados dentro de la estrategia #HoritzóINCAVI2025 hay la apuesta para la identificación, preservación y el ofrecimiento al sector de forma más activa de variedades de viñedo autóctonas del país como recurso para diferenciar competitivamente y contribuir a dar valor a las producciones de vinos catalanes.
 
El director del INCAVI, Joan Gené, ha destacado que “esta línea estratégica es uno de los pilares fundamentales del Plan de R+D 2030 que el INCAVI tiene en vigor. Y es uno de los ejemplos más exitosos de colaboración entre el Institut y todos los actores del sector para obtener resultados aplicables de la investigación.”
 
Osona, territorio de viñedos
 
El documental “Els arqueòlegs de la vinya. A la recerca de varietats autòctones” muestra el camino que siguen las cepas localizadas por el fotógrafo y aficionado del mundo del vino, Eugeni Ordeig, y en todo el viaje de documentación y análisis hecho con el Archivo Episcopal de Vic y con el Institut Català de la Vinya i el Vi. En Osona, el Ripollès y el Lluçanès y una parte de Collsacabra-Guilleries se han identificado hasta 50 variedades de uva diferentes, de las cuales solamente 22 han sido reconocidas. Variedades fechadas entre el siglo VIII y XV, que muestran que el cultivo de la viña en estas tierras fue extenso. Ahora, estas variedades se han recuperado y se han plantado en parcelas experimentales a la espera de ver como evolucionan.

En Cataluña, en el marco de trabajo de prospección e identificación de variedades de viñedo, se han encontrado un número importante de genotipos únicos, principalmente en la zona pre pirenaica.

En conjunto, se han localizado cepas de variedades probablemente anteriores a la filoxera como son: aramón, batista/canaril, boval blanc, caixal de llop, cap negra, cua de moltó, cua tendre, cruixent, escañavella, esquitxagós, granacha, grech, juanench, malvasia roja, malvasia fumada, mansés, morate, morenillo, neral, palop, pampol girat, panser, picapolla moscada, picapoll vermell, punchó fort, rojal, roseta, sabaté negre, salsench, Sant Jaume, tripó de gall, trobat, valencí, verdiell.
 
En este mismo proyecto de R+D aplicada hay identificados un gran número de cepas candidatas a ser de variedades desconocidas actualmente.
 
Los resultados de trabajo del INCAVI en este campo son muy satisfactorios. La incorporación de variedades recuperadas, no solamente en el Potencial Vitícola Catalán, sino en los diferentes Pliegos de Condiciones de las DO del país garantizan la conservación de la riqueza y diversidad genética del viñedo, la posibilidad de particularizar las diferentes producciones vinícolas evitando la homogeneización de las producciones de cada DO, el conocimiento del consumidor y, finalmente, la búsqueda de una mejor remuneración de la producción que permita la sostenibilidad económica, social y ecológica del sector sobre los territorios que actualmente ocupa.
 
Para el año 2024, el INCAVI, a través del Departament d’Agricultura, Ramaderia, Pesca i Alimentació, ha pedido al Ministerio de Agricultura la incorporación al Potencial Vitícola Catalá de un número importante de variedades recuperadas. De entre estas, parece que se aceptará la incorporación de la malvasía blanca roja (B), la marina rion (B), la belat (N) y la botana (N). En los últimos 10 años se han incorporado más de 20 variedades, prácticamente todas autóctonas.
 
En estos momentos los estudios de otras variedades como la trobat, la tarragoní, el escanyavelles, se encuentran muy avanzados.
 
Ya sea para mantener la variabilidad y riqueza fitogenética; para singularizar las producciones de los diferentes territorios de Cataluña; o para buscar soluciones naturales a los retos del cambio climático, el sector muestra una demanda fuerte de nuevas variedades. Este tema ha centrado la mesa redonda posterior en la estrena del documental, que ha contado con la participación de:

– Mireia Torres, directora de Innovación de la Família Torres
– Carme Casacuberta, presidenta de la DO Empordà
– Pau Moragas, de la DO Costers del Segre
– Pere Bové, presidente de la DO Terra Alta
– Josep Maria Puiggròs, socio fundador ICEA
– Xoán Elorduy, jefe del Servicio de Viticultura y Enología del INCAVI
– Carme Domingo, asesoramiento y desarrollo Vitícola del INCAVI

Las múltiples variedades autóctonas y patrimoniales de la uva del vino catalán aportan un valor que distinga la zona del resto de países elaboradores, una singularidad que se tiene que trasladar a mercados y sobre todo a los consumidores. Al acabar la jornada, los asistentes han podido degustar vinos elaborados con cariñena blanca, trobat negre, morenillo, forcada, trobat blanco y malvasía blanca roja.